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16 de agosto de 2011

No, internet no nos está dejando tarados!

¡Sonamos, me agarró el síndrome de "alguien está equivocado en Internet"!

Tras recibir por n-ésima vez, vía Internet, la noticia de que "Internet afecta la memoria de las personas", y como inevitablemente eso despierta en mi machucado cerebro un par de recuerdos, heme aquí, al pie del cañoncito de pastelera.

Por si no saben, y si no saben les cuento, el New York Times publicó una nota sobre un trabajo de la Universidad de Columbia estudiando algunos aspectos de la memoria. Si quieren ver una de las tantas notas derivadas de la nota original, aquí tienen una.

En resumen, una de las conclusiones inmediatas es que la gente tiende a recordar menos aquellos datos que sabe que puede recuperar más tarde, y a asociar en la memoria cierta información con la fuente de esa información, incluso más que con la información misma: no me acuerdo qué, pero sí dónde buscarlo. Según la noticia como está puesta en el enlace de arriba.

El estudio también sugiere que la población comenzó a utilizar Internet como su "banco personal de datos", conocido como el "efecto Google", y las computadoras y los motores de búsqueda online se convirtieron en una especie de sistema de "memoria externa" al que puede accederse a voluntad del usuario.

Y entonces me acuerdo de Albert Einstein, que no recordaba su número de teléfono porque estaba en la guía, y que de hecho afirmaba no recordar nada que pudiera averiguar en menos de dos minutos. ¿Y si lo llamamos "efecto Einstein" entonces? ¿O "efecto guía"? Lo que se demostró es que el cerebro humano toma ciertas decisiones a la hora de recordar, relativas a la posibilidad de acceder a la información. O sea: una maravilla. ¡Inconcientemente administramos nuestros 128 Mb de memoria! Ah, no, no, parece que tenemos más. Debo ser yo entonces.

Pero esperen, que tengo una bajada al tono:

 Según un estudio de la Universidad de Columbia, los usuarios son cada vez más dependientes de las consultas online.

Ejem, no. Un estudio puntual sobre un grupo en un momento dado, por bien hecho que esté, por representativo que sea, no puede mostrar que "cada vez son más" nada. Pero parece que las cosas no son noticia si no resulta que "X es una tendencia que crece", "cada vez hay más" o "ya hay polémica". (Titulares patrocinados por la máquina generadora de sarasa, el Sarasator 2000.) No estoy diciendo que no haya cada vez más gente que usa internet y se apoya en ella, pero eso no se desprende del estudio.

De yapa, gracias a que, una vez que recuerdo, puedo buscarlo en internet, les dejo un poco de Platón en Fedro, o de la belleza:

Dícese que el rey alegó al inventor, en cada uno de los inventos, muchas razones en pro y en contra, que sería largo enumerar. Cuando llegaron a la escritura:
«¡Oh rey!, le dijo Teut, esta invención hará a los egipcios más sabios y servirá a su memoria; he descubierto un remedio contra la dificultad de aprender y retener.

—Ingenioso Teut, respondió el rey, el genio que inventa las artes no está en el caso que la sabiduría que aprecia las ventajas y las desventajas que deben resultar de su aplicación. Padre de la escritura y entusiasmado con tu invención, le atribuyes todo lo contrario de sus efectos verdaderos. Ella no producirá sino el olvido en las almas de los que la conozcan, haciéndoles despreciar la memoria; fiados en este auxilio extraño abandonarán a caracteres materiales el cuidado de conservar los recuerdos, cuyo rastro habrá perdido su espíritu. Tú no has encontrado un medio de cultivar la memoria, sino de despertar reminiscencias; y das a tus discípulos la sombra de la ciencia y no la ciencia misma. Porque, cuando vean que pueden aprender muchas cosas sin maestros, se tendrán ya por sabios, y no serán más que ignorantes, en su mayor parte, y falsos sabios insoportables en el comercio de la vida.»

 Se viene el "efecto Alejandría", se viene.

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¡Ajá, llegaste al final! Tomá, un poco de música recomendada por el Dr. Brian May:

24 de octubre de 2007

¡¡Buena onda, buena on-da!!


Un tema que me pone sencillamente muy incómodo -por decir algo- es el de los aspectos psicosomáticos de las enfermedades. No niego que la tensión pueda hacer estragos en nuestra musculatura, y hay evidencias de interacción entre el sistema nervioso y el sistema inmune; pero hoy en día hablar del ánimo o del stress como causas de cualquier cosa es algo tan común que me da dentera.

Será que soy un jodido. Será también que me parece una manera de culpabilizar a la víctima: "¿Tenés una úlcera? Y claro, si andás siempre nervioso". De Helicobacter pylori, la bacteria que causa la mayor parte de las úlceras, ni hablar. Que muchas enfermedades tienen componentes psicosomáticos, claro que sí, pero ¿cuán importante es ese componente en cada caso? Y si ese componente fuera importante para el inicio de la afección ¿cuán importante es una vez que se ha declarado?


Esta predisposición hacia la explicación psicosomática es difícil de combatir porque, por supuesto, el bienestar emocional es parte importante de la calidad de vida. Sin duda que es mejor ser un enfermo con buen humor que uno amargado. Pero de ahí a "Sobre todo, buena cara, que eso ayuda" frente a cualquier afección, resulta en un voluntarismo rayano en el insulto hacia el enfermo.


Todo esto lo traigo a cuento por una notita que circula en los servicios de noticias, acerca de un trabajo llevado a cabo en la universidad de Pensilvania. Esta gente evaluó a dos grupos bajo tratamiento radiológico de cancer de cabeza y cuello, que completaron cuestionarios dirigidos a evaluar la calidad de vida de los pacientes. Dentro del cuestionario había una subescala de bienestar emocional: si estaban tristes, desesperanzados, nerviosos, etc. El estudio evaluó los resultados de 1093 pacientes, de los cuales 646 murieron en el transcurso de la prueba.


Mientras que otros parámetros demográficos y clínicos tienen valor para predecir el resultado del tratamiento, el estado anímico no correlaciona: la actitud y el ánimo no tienen ninguna influencia en la recuperación. Esto viene en contra de una creencia bastante generalizada de que el bienestar emocional ayuda a "luchar" contra el cancer.


No es el primer estudio al respecto, aunque sí es de los más grandes y muy parejo en cuanto a las condiciones de los pacientes. Abajo pongo enlaces a otros estudios con resultados similares. La tendencia es la misma: cuando tenés una enfermedad jodida, la responsable es la biología. Y todos los recaudos para ayudar al bienestar anímico son bienvenidos justamente porque es un tipo de bienestar (en algunos casos, fundamental: un paciente deprimido puede tirar la toalla y negarse a tomar la medicación); pero transformar la buena cara frente al mal tiempo en una obligación para el pobre enfermo no, gracias.




  • El abstract del trabajo con cancer de cuello.

http://www3.interscience.wiley.com/cgi-bin/abstract/116833335/ABSTRACT


  • Otros trabajos

http://jco.ascopubs.org/cgi/content/full/22/20/4184

http://jco.ascopubs.org/cgi/content/full/22/16/3381

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/sites/entrez?Db=pubmed&Cmd=ShowDetailView&TermToSearch=11742045&ordinalpos=1&itool=EntrezSystem2.PEntrez.Pubmed.Pubmed_ResultsPanel.Pubmed_RVAbstractPlus