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2 de septiembre de 2014

"Vania y los planetas", o de las malvadas clasificaciones heteróclitas

Esas ambigüedades, redundancias y deficiencias recuerdan las que el doctor Franz Kuhn atribuye a cierta enciclopedia china que se titula Emporio celestial de conocimientos benévolos. En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (l) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas.
Jorge Luis Borges, El idioma analítico de John Wilkins
Ah, las enumeraciones heteróclitas. Un recurso poético inolvidable, casi siempre efectivo a la hora de provocar asombro. Amigo escritor; no dude en utilizarlo. Dele rienda suelta a la asociación libre, o mejor aun, a la no asociación, y escriba, por ejemplo: "Bajaban en confuso malón por la ladera: dioses de seis ojos, faunos, cardúmenes, mañanas con niebla, tostadoras, eunucos, bailarinas y servilletas de lino" Ahí lo tiene: la gente admirará la inventiva, la capacidad del autor para las asociaciones más insólitas, sin saber que son ellos los que hacen el trabajo asociativo.

Se trata de un recurso muy lindo, muy poético pero, admitámoslo, nada original: todo aquel que haya tratado de ordenar cualquier cosa de complejidad superior a una caja de ocho crayones sabe que la vida es, en todos los aspectos, una enumeración heteróclita. Del cajón de los cubiertos al armario de la ropa, pasando por la caja de herramientas tras escalar la indomable carpeta "Mis documentos"; no importa cuan nobles sean nuestros esfuerzos,  la clasificación es imposible. Tarde o temprano tendremos una pila amenazadora de "inclasificables", "otros", "varios", "miscelánea" o cualquier otra palabra que nos diga que hemos fracasado.

Siendo el punto: "Vania y los planetas", de Eduardo Abel Gimenez. O más bien, siendo el punto: cómo hablar de "Vania y los planetas" sin deschavar el libro, sin contar el final.

Porque "Vania" es una novela entrañable, amable, con un cuidado en el lenguaje y un ritmo, una cadencia increíble y un argumento sobre el que me encantaría decir algo; pero también es una historia con vuelta de tuerca. Entonces, para no hablar del argumento, hablaré de la tapa. Esa que dice que el libro es de editorial Edelvives, colección Ala Delta, serie verde, para 10 años o más. Parte de eso que llaman "LIJ", literatura infantil-juvenil. Que es donde discrepo porque para mí, "Vania" es una novela para adultos. Lectores maduros, como ponen en los comics.

Sí, el protagonista es un chico, y la mirada del relato es la de él. Y el libro va de relaciones con los padres, con la enfermedad de una abuela, con la vecinita de enfrente que a lo mejor me tiene loco de amor, con ser parte y al mismo tiempo no ser parte de ese otro planeta que es el mundo. Todas cosas que un chico de diez o más puede entender, con las que va a identificarse. Todo bien por ahí.

Pero Vania es también una novela sobre lo que no se dice, sobre lo que está en el mundo del protagonista pero no sabe o no quiere ver, no sabe o no quiere descifrar. Al mismo tiempo es consciente de que es parte de una tradición, la de las novelas sobre lo que no se dice, sobre lo que está en el mundo del protagonista pero no sabe, etc. También es una novela de esas en las que se juega con los límites entre lo real y lo imaginado, y nuevamente es consciente de serlo. De esa conciencia sale un juego riesgoso, pero que transforma un relato entrañable en un relato que desafía las expectativas del lector. Siempre y cuando ese lector sea adulto. Si es un chico de diez años, difícilmente tenga las herramientas para ver el juego. Entonces, ¿qué hace este libro en esta colección?

Un amigo me dio una versión editorial del principio antrópico: si no estuviera en esa colección, si no existiera la LIJ como concepto, el libro no sería publicado. Concedo, pero me quedo con la impresión de que nos estamos quedando cortos, de que una vez más la vida y su anormal preferencia por las enumeraciones heteróclitas nos está jugando una mala pasada.

Al fin y al cabo, nada más heteróclito que la clasificación de ficción: por su tema (policial, romance, ciencia ficción), por el efecto en el lector (thriller, terror), por el período en que transcurre la historia (novela histórica), por el período en que fue escrita (clásicos, contemporáneos). Sí es seguro que, como dice mi amigo, cuando no hay un cajón donde ubicar una historia, menos probabilidad tiene de ser publicada. Pero me temo que en algunos casos, como este, la clasificación también hace que muchos lectores disfrutantes potenciales no se topen con ella.

Con lo cual: sí, regalale "Vania" a tu sobrino o sobrina de diez. Pero ponele una nota que diga "Seguí leyendo y volvé a leerla a los 30". (Estoy siendo generoso, no sea que nos salga de poco leer.) O mejor aún: comprala para vos, y leela despacio una tarde tranquila. No pienses que es LIJ; pensá que es literatura, y que las clasificaciones se las quede Borges. Cuando termines, no olvides mandarme un mensaje así hablamos del libro y no de la tapa.

PD: estas son las primeras cinco imágenes que salen en Google imágenes al buscar "Vania y los planetas". Tomá heterocliticidad.

4 de febrero de 2014

Dos libros ateos dos

God is Not Great: How Religion Poisons EverythingGod is Not Great: How Religion Poisons Everything by Christopher Hitchens
My rating: 2 of 5 stars

Durante mucho tiempo tuve como política no leer cosas con las que sabía de antemano que estaría de acuerdo, o cosas que ya sabía. Con el tiempo, descubrí que leer varios libros de divulgación sobre un mismo tema me ayudaba a entenderlo mejor. (Sí, lo sé, soy un visionario). Y un día leí "El gen egoísta" y recuperé el amor por la biología.
De todas maneras, nunca me imaginé leyendo libros sobre ateísmo, o contra la religión, ya que no necesitaba reforzar mis ideas ateas. Pero como los ateos no tenemos integridad moral, terminé leyendo el libro de Hitchens "Dios no es grande: cómo la religión envenena todo".

Aunque en algún lado dice que espera convencer a alguien, dudo que este libro logre volver ateo a nadie. Hitchens toma la premisa del título y se dedica a probarla mediante la acumulación de ejemplos en dos direcciones: mostrar el evidente origen humano de los libros sagrados e ilustrar los actos de violencia generados por las religiones. Están las obligadas referencias a la brutalidad del dios del Viejo testamento, las contradicciones del Nuevo, las atrocidades del islamismo y un interesante capítulo dedicado al budismo. También responde a algunas de las defensas clásicas de la religión. El conjunto es una galería de horrores que acaso le sirva como herramienta a un ateo de los que gustan discutir, pero que aporta poco a los que ya han pensado estas cuestiones y será un tanto apabullante para los creyentes.

No faltará quien acuse a Hitchens de centrarse solo en los aspectos negativos de la religión. Pero, como dijo alguna vez John Cleese, eso es equivalente a que un asesino se defienda diciendo "pero claro, se centran en eso y no en que pago mis impuestos y trato bien a mis hijos".

En todo caso, si bien me llené de datos interesantes y jugosos, el libro no me dejó mucha marca más que la curiosidad de ver cómo encararía el tema otra persona, casualmente, el autor de "El gen egoísta". Y allá fui.

The God DelusionThe God Delusion by Richard Dawkins
My rating: 4 of 5 stars

"El espejismo de Dios", de Richard Dawkins, es mucho más llevadero que el libro de Hitchens. Dawkins comienza afirmando que las religiones son un flagelo, y provee ejemplos surtidos a lo Hitches. Pero su mayor preocupación es tratar la hipótesis de la existencia de un dios como hipótesis científica; y por lo tanto toma un camino más "filosófico" (por supuesto, lo acusan de no estar versado en teología, como si eso invalidara per se sus argumentos). El recorrido de este libro ofrece muchos más argumentos interesantes y aristas para discutir, más allá de la acumulación de ejemplos de lo malas que han sido las religiones en la historia humana. Discute posibles fundamentos evolutivos de la religión, se encarga un poco de discutir con el creacionismo (un poco, porque ya les ha dedicado libros enteros) y adopta, sobre todo al final, una perspectiva más "humanista" que Hitchens. Por ejemplo, en uno de los pocos párrafos que le dedica al budismo, considera la falta de caridad de pensar que un minusválido está pagando por los hechos de su vida anterior; mientras que Hitchens dedica todo un capítulo a las acciones bélicas impulsadas por esta religión (que Dawkins ubica más hacia el lado de la filosofía).

¿Convencerá a alguien el libro? Seguramente no, y Dawkins lo sabe, se le nota en el respeto con que trata de hablar de las personas religiosas y al mismo tiempo afirmar que están completamente equivocados. Sin embargo, plantea preguntas interesantes hasta para los ateos que no necesitan ser convencidos; y si al lector no le gustan las respuestas que el libro propone, al menos tendrá material para reflexionar.

En conjunto, ha sido un viaje interesante, pero por un camino que no me siento muy inclinado a recorrer.

26 de mayo de 2010

De Don Pedro Calderón de la Barca

Vaya uno a saber a santo de qué, hoy me acordé de esto:

Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.


Quejoso de mi fortuna
yo en este mundo vivía,
y cuando entre mí decía:
¿habrá otra persona alguna
de suerte más importuna?
Piadoso me has respondido.
Pues, volviendo a mi sentido,
hallo que las penas mías,
para hacerlas tú alegrías,
las hubieras recogido
.

Pedro Calderón de la Barca - Fragmento de La vida es sueño

4 de noviembre de 2009

Stardust, de Neil Gaiman

Stardust: Being a Romance Within the Realms of Faerie (Graphic Novel) Stardust: Being a Romance Within the Realms of Faerie by Neil Gaiman


My rating: 4 of 5 stars
Así como Samuel Delany es uno de mis autores favoritos no importa las horripilancias que pueda haber escrito, Gaiman es uno de mis autores favoritos cuya imagen no me quiero arruinar. Es decir, después de leer Sandman, prefiero no encontrarme con obras menores, actos fallidos, o cualquier cosa que me quite el deslumbramiento inicial. Así que, hasta ahora, sólo me había atrevido con los comics, sin tocar sus novelas. Como quien no quiere ver nunca más a la novia de la infancia, por temor a que este gorda y fea.

Pues bien, me encontré con la prosa de mi amigo Neil. Y no está ni gorda, ni fea.

Gaiman construye un cuento de hadas para adultos, y lo hace maravillosamente. Los elementos de los cuentos de hadas clásicos están todos allí, y nunca dan la sensación de "bah, esto ya se usó". Más bien acogen al lector y lo hacen sentir cómodo, transitando una historia sencilla donde los elementos son reconocibles, y al mismo tiempo, nuevos. Nuevos sin vueltas de tuerca "modernas", sin artilugios de ningún tipo: nada está aggiornado, nada va en contra de los cánones de los cuentos de hadas y sobre todo, nada busca transmitir un significado profundo, y a cambio sugiere mucho más. Como el mismo Gaiman dice en una introducción a Astro City: no tiene que ver qué trata la historia, tiene que ver con qué trata la historia. No esperes grandes clímax: don Neil es un experto en evitarlos.

Simplemente, esta dirigido a adultos que aún pueden disfrutar un cuento de hadas. Exactamente como quien se encuentra con la novia de la infancia, y descubre que todavía se llevan bien.


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Comentario de libro

Capitalism 3.0: A Guide to Reclaiming the Commons (BK Currents) Capitalism 3.0: A Guide to Reclaiming the Commons by Peter Barnes


My rating: 4 of 5 stars
Barnes plantea una readaptación del capitalismo hacia un estilo más "humano", o tal vez debería decir "terrestre". Sobre las ventajas y desventajas de su solución, no puedo decir nada; sí sobre la excelente y rápida pintura que hace del capitalismo, sus fallas y su interacción con la democracia. Lo interesante es que su propuesta consiste mayormente en agregar jugadores a la economía, en lugar de tratar de modificar el sistema preexistente. En este sentido, es mucho menos utópico que otras propuestas. Es entusiasta, al estilo norteamericano, y transmite ese entusiasmo y las ganas de hacer algo para cambiar nuestra sociedad.

Se puede bajar en inglés desde acá


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22 de septiembre de 2009

Cómo producir caos en tu hogar

Sí, ya sé que todos saben hacer eso...

Tenía pendiente hacer un comentario sobre ¿Juega Dios a los dados? de Ian Stewart, y no encontraba cómo. Es el tercer libro de Stewart que he leído, y el más apasionante hasta ahora. Pero a la hora de comentarlo, no sabía cómo hacer para transmitir el entusiasmo. Es un libro de divulgación de matemáticas, joder.

Bueno, encontre cómo explicar de qué habla, al menos. El libro trata de la teoría del caos (lo dice en la contratapa). ¿Y qué es eso? Contrariamente a lo que pensaría uno, no tiene que ver -bueno, no directamente- con el azar. La teoría del caos es una teoría de sistemas basados en leyes determinísticas que, idealmente, se creía que podían explicar y predecir el funcionamiento del sistema. Pues bien, una de las bases de la teoría es que, a partir de reglas simples, se llega a sistemas que tan pronto alcanzan un estado estable como se disparan a valores oscilantes equivalentes al azar, y en los que la más mínima variación del estado inicial puede llevar a estados brutalmente distintos en el tiempo.

Tomen, por ejemplo, el péndulo. Galileo descubrió allá por 1600 que el período de un péndulo era siempre el mismo, y sólo dependía del largo del hilo (en un péndulo ideal, blah blah blah). Hay ecuaciones para el péndulo (búsquenlas en Wikipedia) y es un movimiento tan regular que sirve para regular relojes.

Pues bien, cuelguen de este tan archiestudiado péndulo un segundo compañero, y esto es lo que pasa:

Dos péndulos unidos se vuelven impredecibles, pero no sólo porque el sisstema se complicó, sino porque de verdad es impredecible. Lo que la teoría del caos puede hacer es determinar cuando un sistema se dirige hacia un estado caótico, y puede aprovechar características generales del sistema para tratar de predecirlo o dirigirlo.

Tal vez, viendo el video de arriba, uno puede pensar que es sólo un movimiento complicado, pero no caótico. Si ese es el caso, vean lo que pasa con tres péndulos:



Y ahí está, en toda su gloriosa extravagancia: el caos.

Esta es mi reseña del libro: me ayudo a entender las bases de la teoría, y a ver el mundo... igual que antes: no solo complejo, sino más complejo de lo que podemos imaginar.