Piedra, papel, tijera: una de lagartijas y sexo
En nuestra tierna cursada de "Introducción a la Zoología", los biólogos de la UBA nos topamos con la historia de las lagartijas unisexuales (que tal vez algún biólogo amigo quiera resumir para este blog), y al menos en el caso de un servidor, quedamos marcados para siempre con una extraña relación entre lagartijas y sexo que hace maravillas a la hora de amenizar reuniones. Y quedar como un nerd del tipo enfermito sexual.
Para no interrumpir esta maravillosa tendencia, va otra anécdota lagartijil que llenará de gozo cualquier kermese a la que acudan.
Estos que ven arriba son tres machos de lagartija común europea (Lacerta vivipara). Como ven, tienen colores distintos en el vientre. Para qué le sirven, si es que sirven, no lo sé. Pero a Barry Sinervo le sirvió para identificar un juego evolutivo de "piedra, papel o tijera" entre estas lagartijas, en un trabajo que el muy tonto llevó a cabo en los Pirineos franceses, lugar feo si los hay.
La cosa es así: los machos de panza blanca se quedan cerca de sus hembras para vigilarlas de cerca, y colaboran con otros machos para defender su territorio. Los machos de panza naranja en cambio son agresivos y su estrategia es invadir los territorios de otros machos para aparearse con cuanta hembra se crucen. Pero esa estrategia los obliga a dejar su propio territorio. Ahí aparecen los de panza amarilla, que se meten sigilosamente en el territorio vacante y hacen lo suyo con las hembras que el grandote abusón dejó descuidadas; una estrategia que no sirve frente a la activa vigilancia de los blancos.
Entonces: la fuerza bruta naranja le gana a la cooperación blanca, la cooperación le gana al sigilo amarillo, y el sigilo le gana a la fuerza bruta.
¿Qué tul? Este mecanismo lleva a la supremacía sucesiva de cada tipo de macho -y de estrategia- con el paso de las generaciones; un fenómeno que habían predicho Sewall Wright en 1968 y John Maynard Smith en 1982. Y que probablemente se lleva a cabo en muchas especies, sin que lo sepamos.
Este juego ya había sido descripto antes en unas lagartijas de Norteamérica emparentadas con estas. Sinervo está tratando de identificar los genes que determinan este comportamiento, para ver si están presentes en ambas. De ser así, este juego de piedra papel y tijera se vendría jugando desde hace mucho tiempo. Y tal vez los humanos lo estemos jugando, aunque se haya vuelto algo más complicado...
El site de Sinervo:
http://bio.research.ucsc.edu/~barrylab/
Variantes enfermas de P-P-T:
http://www.umop.com/rps.htm
Ah, y por si no se dieron cuenta: cambió el nombre del blog y su contenido. Las aguavivas seguirán apareciendo, cuando pueda dedicar el tiempo a pulirlas, pero mientras tanto, no respondo de los contenidos. Los que estén suscriptos al grupo de google, pueden desuscribirse si no quieren recibir tonterías de este tipo.
Y eso. Hasta la próxima.
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